Final soñado para el CFR
El arco iris impulsa a Alan hasta el oro; Charlie y Simon terminan en el Top 10.
La niebla matinal envolvía los árboles de Mont-Sainte-Anne en una calma total, como si el bosque estuviera conteniendo la respiración por lo que estaba por venir. El Cannondale Factory Racing, puso la guinda al pastel en la prueba final de la Copa del Mundo UCI Cross-Country Olympic (XCO) de 2024, culminando una temporada escrita con sudor, sacrificio y determinación. Enfundado en su nuevo maillot arco iris, Alan Hatherly se colocó en la línea de salida con la serenidad y seguridad de quien sabe exactamente quién es. Su final de temporada culminó con una nueva demostración del tipo de ganador en que se había convertido.
Desde la primera pedalada, Alan se movió con un único propósito. Amplió la brecha no a través de la fuerza, sino a través del control. Y su Cannondale Scalpel le acompañaba en cada moviminento en una simbiosis perfecta. Cada subida fue coronada con decisión, cada descenso controlado al milímetro. En cada vuelta su ventaja iba aumentando, un margen irreversible que terminó con Alan cruzando la línea de meta con los brazos en alto, abrazando el título de campeón de la Copa del Mundo. La temporada 2024 concluyó con la historia de un corredor que no solo corrió para ganar, también regaló una preciosa carrera de puro mountan bike.
Charlie Aldridge firmó un papel para estar orgulloso ese día. Peleó ferozmente por el 4º puesto. Cada una de las ascensiones dieron testamento de la dedicación y pasión que procesa a este deporte. Simon Andreassen, firme y concentrado, cruzó la meta en el 9º puesto, completando el excelente trabajo en equipo. Juntos, llenaron el top 10 con algo más que números, lo llenaron con el espíritu del Cannondale Factory Racing.
El Cannondale Factory Racing no sólo ganó individualmente, también fue el equipo más rápido del día, ganando el último dorsal amarillo como el mejor equipo masculino de Élite de 2024. Ha sido una temporada definida por el trabajo en equipo, victorias compartidas y una unidad entre sus componentes, visible en cada competición.
Cuando terminó la carrera, la tranquilidad regresó a los bosques, pero algo permanecía en el aire: una energía, un recuerdo de lo que acababa de suceder en esos senderos. El Cannondale Factory Racing no solo llegó a la línea de meta, sino que tejieron juntos una historia de lo que significa pertenecer a algo más grande que tú. Tres corredores, unidos por algo más que un maillot, demostraron lo que significa no correr para uno mismo, sino para el otro.